People & Homes
Con los esquemas un poco más reestablecidos, sólo un poco, tras unirme a la familia Keller Williams, retomo la que sabéis es mi pasión por la escritura. Y es que esa necesidad arrolladora por escribir ya llevaba varias semanas pidiendo atención y acción.
Estrenando funciones y empresa, en pleno proceso de formación sobre modelos y sistemas, concluyendo además las instalaciones de la que será la nueva sede Keller Williams en Málaga… un final de año en el que se están poniendo las bases para un 2020, sin duda, apasionante.
Todo un reto para mí que, hasta ahora, había desarrollado mi trayectoria inmobiliaria en empresas de estructura pequeña y carácter familiar; y el desafío no viene sólo por el tamaño o la labor a desempeñar sino por la diferencia con que esta gran firma, de origen estadounidense, desarrolla su crecimiento y plan de negocio.
Requiere, por mi parte y el resto del equipo, entender e interiorizar un nuevo modo de hacer las cosas, de vivir y desarrollar el sector. Un orden, estrategias y modelos testeados que, hasta ahora no había conocido ni trabajado, al menos no a tan gran nivel de sistematización.
Decido, de muy buen agrado, salir de mi zona de confort, de lo que hasta ahora era conocido y “controlado” por mí. ¿Y sabes qué…? ¡Me encanta!
Pensar fuera de la caja, resiliencia, culo inquieto, techo de cristal… llámalo como quieras: necesito estímulos y retos diferentes con cierta frecuencia. Desafíos con los que aprender, rodearme de personas mejores que yo y crecer personal y profesionalmente.
Y es que las empresas, y como se ofrecen a las personas que las conforman, están cambiando, asumiendo y extrapolando modelos más flexibles y horizontales. Estructuras que permiten que sus participantes se desarrollen y muevan por el diagrama de funciones y cargos sin ninguna limitación. ¿Estás capacitado? ¡Adelante!
Da igual el género, la procedencia y, en según que caso, la formación previa que puedas tener; las empresas buscan, cada vez más, personas creativas, adaptables y con amplitud de miras para una realidad cada vez más globalizada y cambiante.
No todas las compañías o sectores pueden, o quieren, implantar estándares tan dúctiles y creo que puede que no sean del todo conscientes de las limitaciones y barreras invisibles que están presentando a un mercado laboral cada vez más independiente y demandante de promoción profesional dentro de la empresa en cuestión.
Décadas atrás te iniciabas en una empresa y estabas treinta años en ella sin cambiar tu puesto ni tener opción. Hoy queremos proyección y permanencia, así como promoción y movilidad. Y es que el modo de consumir, vivir, disfrutar del ocio, descansar…. está cambiando; el modo de trabajar y las empresas para las que lo hacemos también deben hacerlo.