Pueblos de Málaga a los que escaparse

El interior de la provincia de Málaga cuenta con preciosos pueblos blancos para visitar y en los que disfrutar de la naturaleza, el ocio y la gastronomía.

Hoy queremos traerte una breve muestra que poder disfrutar en este periodo en el que el turismo de proximidad ha cobrado tanta importancia.

1.  Genalguacil
Conocido hoy por ser un auténtico museo de arte al aire libre, esta localidad es idónea no sólo para disfrutar del rico legado contemporáneo que tienen hoy sus calles sino también por su entorno natural. Cabe recordar que su territorio participa, por un lado, del paraje natural de los Reales de Sierra Bermeja y, por otro, del Bajo Genal. Así, los amantes de la naturaleza podrán disfrutar de agradables paseos en sus distintas rutas de senderismo habilitadas, entre las que hay hasta dos etapas de la Gran Senda de Málaga.
En el casco urbano, además de disfrutar con esculturas, murales y otras obras de arte que hoy forman parte de su singularidad, tampoco faltan hoy alojamientos donde pernoctar y restaurantes donde desayunar, almorzar y cenar. Entre los primeros, está el complejo Jardines del Visir, así como distintas casas rurales. 


2.Juzcar
El pueblo que se conoce hoy como la Aldea Azul, en el Alto Genal, es otra buena opción para disfrutar de la naturaleza en un lugar tranquilo, donde hay mucho que hacer. De hecho, es un buen enclave para disfrutar del turismo activo, ya que empresas como Sport Mountain, Orondanatura o Exploramás, entre muchas otras, ofrecen allí la posibilidad de hacer barranquismo en la conocida como Sima del Diablo.
Tampoco faltan otros alicientes con menos adrenalina, como el senderismo, ya sea en algunas de la rutas que une a este pueblo del Valle del Genal con sus vecinos (como Cartajima o Pujerra) sino también con itinerarios tan interesantes como el que recorre parte del espectacular conjunto kárstico de Los Riscos. Júzcar tiene incluso una bodega, donde se podría incluso concertar una visita enoturística. Se trata de la Fábrica de Hojalata, que hace casi tres siglos echó a andar como la primera factoría siderúrgica del país. Además, tampoco le falta sitio donde alojarse y comer estos días.
Entre otros, allí está abierto la Posada Bandolero, un hotel que cuenta con un restaurante propio donde se trabaja con productos locales.

3.Comares
Este pueblo conocido como el Balcón de la Axarquía también es otro idóneo para hacer una escapada en este mes de junio. De hecho, allí aguarda una buena dosis de adrenalina para quienes busquen emociones fuertes.
La empresa Vive Aventura brinda la oportunidad de hacer una trepidante tirolina o incluso tener una experiencia única suspendido en el vacío con su original hamaca. Otra opción para casi todos los públicos son las vías ferratas que se pueden hacer en el entorno del casco urbano a través de esta empresa de turismo homologada. 
Estas actividades se pueden complementar con relajados paseos por el corazón de la villa, con sus calles empinadas y angostas y sus pasajes, que trasladan a los visitantes hasta el antiguo Al-Ándalus. Y, por supuesto, tampoco faltan las vistas panorámicas que hacen honor al lema turístico más famoso de la villa.
Para comer y pernoctar ya están abiertos algunos establecimientos, como el hotel Molino de los Abuelos, que cuenta con restaurante propio. Igualmente, también está abierto al público desde el pasado mes de mayo la venta Mirador de la Axarquía y varias casas rurales de la localidad. En julio, también estará disponible el hotel restaurante La Atalaya.

4.Canillas de Aceituno
A los pies de la cima de La Maroma -o pico Tejeda-, este pueblo de la Axarquía también se reivindica estos días como un destino propicio para desconectar. No sólo por ser uno de los puntos de partida de ascenso al techo de Málaga sino también por otros atractivos en su entorno, como el enclave de La Rahíge y su vertiginosa pasarela de El Saltillo (conocido como ‘El Caminito de la Axarquía’).
Otros enclaves de su territorio, a los que se puede llegar por rutas de senderismo o tranquilos paseos son el nacimiento del río Bermuza y la cueva de la Fájara. A ellos hay que unir la siempre enigmática cavidad de La Rábita, situada en el camino que lleva a La Maroma.
Y, después de hacer el camino, nada mejor que disfrutar de la oferta de restauración de la localidad, que es especialmente conocida por la preparación del chivo lechal malagueño, ya sea al horno (por encargo) o en otras elaboraciones tradicionales.
Entre los restaurantes que ya están abiertos estos días al público, destacan por su tradición La Sociedad y el Bodegón de Juan María. Igualmente, hay más de media docena de alojamientos rurales disponibles en estos días para quienes deseen hospedarse en el municipio. Entre ellas, están las casas Lobera, Azar o Montaña, entre otras.

5.Periana
En la Alta Axarquía, desde donde tiene unas vistas espectaculares al pantano de La Viñuela, el pueblo de Periana es otro de esos que no pueden faltar en una lista para disfrutar de lo que queda de primavera. Hay que tener en cuenta que su territorio es de lo más variado, gracias a que es uno de los que más aldeas y diseminados tiene de la provincia de Málaga.
Así cuenta con poblaciones con tanto encanto como Mondrón o Guaro. En esta última, se puede ver estos días el nacimiento del río de mismo nombre, que, tras las últimas lluvias, ofrece una de sus mejores caras. Tampoco faltan sitios para comer estos días, tanto en el pueblo de Periana como en sus aldeas.
Así ya han abierto sus puertas el Caserón de Guaro o el Bar Cuenca, entre otros. Igualmente, en el principal casco urbano hay otras opciones para disfrutar del tapeo y de la cocina más tradicional, como El Verdugo.
Algo más alejado, también es posible almorzar en Finca Oasis Las Palmeras. Igualmente, para quienes quieran hacer una escapada de unos días tienen donde elegir para pernoctar en distintos alojamientos rurales, como Cortijo Las Monjas, Cortijo Los Tulipanes, las Lomas de Moya o El Cañuelo, entre otros.

6. Benarrabá
También en el Bajo Genal, frente a Genalguacil y con acceso desde la carretera paisajística Ronda-Algeciras, este pueblo es otra buena opción para quienes quieran disfrutar de un descanso en plena naturaleza sin renunciar a la comodidad de establecimientos hoteleros. De hecho, a pesar de su reducidas dimensiones, además de las casas rurales, allí es posible alojarse ya en el hotel Banu Rabbah, uno de los establecimientos más experimentados en turismo de interior en la Serranía de Ronda. 

También desde el pasado año allí se encuentra el Benarrabá Hostel, aunque éste no reabrirá al público hasta finales de junio. El pueblo es idóneo también para la práctica del senderismo, a través de rutas que recorren su entorno montañoso o que bajan hasta el Genal a la altura del enclave conocido popularmente como el Prado de la Escribana. También merece la pena disfrutar de un agradable paseo por sus calles, adornadas con coloridas macetas en muchos casos, y tapear en algunos de los bares que estén abiertos estos días all público. También se pueden comprar productos de gran calidad, como los que elaboran en Embutidos y Jamones Andrés Ramos, empresa situada en el propio casco urbano.

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